• Salesianos en A Coruña

La ciudad:

A Coruña, situada en el noroeste de la península ibérica, capital de la provincia de su nombre es una bella ciudad marítima del antiguo Reino de Galicia, que cuenta con en la actualidad con una población en torno a los 250.000 habitantes.

La historia de A Coruña es la de su famoso faro y la de su puerto, célebre en la navegación antigua. Ptolomeo la llamó “Flavium Brigantium”, en el siglo II. Dion Casio, historiador y senador romano, la nombró Brigantia en el siglo III, al hablar de la llegada a su puerto de las naves de Julio César. Y con el nombre latino de “Crunia” aparece por primera vez en el famoso “Códice Calixtino”, hacia 1140.

La “Ciudad en la que nadie es forastero” acogió para siempre a los SALESIANOS en 1916. En aquel momento la ciudad alcanzaba los 59.000 habitantes.

La ubicación de las obras:

El primer solar para el Colegio Salesiano se situó en el paraje de Nelle, cerca de la fábrica de cerillas, hoy Ronda de Nelle.

Las Escuelas Populares Gratuitas, asumidas por los Salesianos entre 1916 y 1922, estaban y están en la actualidad situadas en la Ciudad Vieja en la calle Herrerías, cerca de la iglesia de Santa María y del Convento de las Clarisas en la Plaza de Santa Bárbara.

El actual colegio salesiano está situado en lo que era la antigua Fábrica de Cristales, entre la ensenada del Orzán y las ya desaparecidos Fábrica de Gas, cuartel de Artillería y Residencia de Ancianos. En la actualidad en el callejero toman el nombre de Calle Hospital, Avenida Barrié de la Maza y Calle Don Bosco.

¿Por qué vinieron los salesianos a la ciudad de A Coruña?

En el año 1886 vivía en A Coruña una buena señora, Doña Ramona Matos, viuda de Fernández Miranda. La fama de santidad de Don Bosco la impulsó a visitarle en Turín. Don Bosco no sólo le concedió una audiencia privada sino que la honró invitándola a desayunar en su compañía, como hacía con los que le visitaban. Ante la petición de que los salesianos fundasen una obra en la ciudad, Don Bosco le dirige estas palabras: “Si de veras quiere que los salesianos vayan a Coruña, lleve primero a María Auxiliadora”.

Doña Ramona siguió la recomendación de Don Bosco y trajo consigo una imagen de María Auxiliadora. Ya en Coruña Doña Ramona organizó la Pía Unión de Cooperadores Salesianos cuyas reuniones estaban presididas siempre por una estatua de María Auxiliadora, a quien pedían insistentemente la presencia de los salesianos en la ciudad.

Un escogido grupo de señores de la ciudad, presididos por el coronel de artillería Don Camilo Rodríguez-Losada Ozores fundó las Escuelas Populares Gratuitas en la calle Herrerías “para moralizar y elevar el nivel intelectual de los barrios de la Ciudad Vieja, notablemente descuidada”. Una vez Don Camilo conoció los fines de la Obra Salesiana, se preocupó porque la asumieran los salesianos. Aunque fallece antes de ver cumplido su sueño, es visitado antes de morir por Don Felipe Rinaldi, entonces inspector de los salesianos de España, quien le promete cumplir su deseo.

A la muerte de Don Camilo, Doña Ramona continúa con la promoción de la obra de Don Bosco. Gracias a su empeño, Don Jaime Ozores de Prado, segundo sucesor de Don Camilo en la presidencia de las Escuelas Populares pide formalmente al Rector Mayor la presencia de los salesianos en la ciudad. Corría el año 1907. Nueve años después, el trece de junio de 1916, Don Pablo Albera, Rector Mayor de los salesianos, firma el contrato de compromiso con las Escuelas Populares. Los salesianos, por fin, estarán presentes en A Coruña.